El Diputado Provincial de la Coalición Cívica expresó en duros términos su rechazo a los fueros en la asamblea parlamentaria del día de ayer
Prensa En el Recinto. «Creo que todas las personas somos iguales ante la ley, y no hay ninguna justificación de que nosotros nos creamos personas superiores y que podemos eludir la ley. Invito a todos a trabajar en la modificación del código procesal penal, para terminar con esta interpretación de la ley, que está haciendo uso de los fueros en forma que nos avergüenza hoy a los santafesinos y a los legisladores que somos decentes. Yo no necesito fueros, no quiero fueros y creo que no debemos tener fueros, pero si así lo tuviéramos. Tiene que ser por nuestro trabajo legislativo, por nuestras expresiones como legisladores y no por delitos comunes que se nos imputen y/o en los que seamos procesados, lo que está pasando con el senador Traferri, donde hay una exigencia de la justicia a la cual se hace caso omiso, no puede seguir siendo tolerado por todo el sistema político de Santa fe o por gran parte del sistema. Yo no quiero ser parte de eso».
«Todas las personas deben ser iguales ante la ley. Esto no es una expresión de deseo, sino un mandato de la Constitución de la Nación Argentina. Ser diputado o senador en Santa Fe no puede, ni debe ser, una categoría especial de ciudadano que permite eludir ser juzgado por los delitos que cometa. Esto no se trata simplemente de una cuestión de derecho, es ante todo, una cuestión moral. ¿Quienes somos nosotros, los legisladores, para eludir al poder judicial y realizar impunemente actos delictivos sin que seamos juzgados?»
«En el año 2007 nuestra líder política Elisa Carrio renuncia a su banca para afrontar un juicio sin fueros, en igualdad con cualquier ciudadano de nuestra República, demás esta decir que fue declarada inocente. Pero ella sintió el deber moral de renunciar y allanar el camino para que la justicia actúe sin ningún impedimento. La decencia, la ética, no son solo banderas, son directrices que guían a través de la vida a todas las personas, más aún a aquellas que transitoriamente tenemos la más alta responsabilidad de representar a los ciudadanos. Si aquel que es elegido para hablar por muchos, resulta por esa elección un privilegiado social, un impune, que puede delinquir sin ser llevado ante un juez, ¿que clase de república construimos?»
«La decencia no necesita fueros. Necesita coraje y valor. Necesita de personas que sean las primeras en asistir cuando un juez las convoca. La sociedad ha llegado al hartazgo de ver cómo los políticos viven una realidad diferente de la del ciudadano común, amparados en un repulsivo e indigno privilegio que atenta contra la construcción de un estado democrático y republicano. No podemos seguir admitiendo que en Santa Fe, exista un grupo privilegiado que goce de vergonzosa impunidad, en una sociedad que padece el delito como nunca en su historia y donde la corrupción nos muestra un escándalo nuevo cada día. Vergüenzas como las de Traferri indignan, enojan, duelen».
«El juego clandestino, el narcotráfico, las coimas… son hechos aberrantes que atraviesan a la dirigencia política, provocando asco en el ciudadano común. Necesitamos en definitiva construir otra política: la política de la decencia. Y los decentes no necesitamos fueros, necesitamos dar el ejemplo».