Desde el Centro Socialista “Francisco Sánchez” Cañada de Gómez, queremos saludar a todas las y los trabajadores
El 1º de Mayo es un día de reivindicación de la lucha por mejores condiciones de trabajo y progreso para las y los trabajadores. Hoy nuestros trabajadores y trabajadoras son reconocidos en el mundo por su inteligencia, compromiso y adaptabilidad a las nuevas formas de trabajo en las economías del conocimiento. Nuestros jóvenes ven en ese mundo una oportunidad de progreso que lamentablemente en su país les está vedada.
En efecto, la precarización laboral -trabajo en negro-, la desocupación, el empobrecimiento de la clase trabajadora a causa de una inflación galopante que todo lo devora, es parte de una triste realidad que no podemos soslayar. La deuda social existente es fruto de una clase dirigente – empresarial, política y sindical – que no ha estado a la altura de las circunstancias; que ha naturalizado la generación de planes sociales para paliar la situación de empobrecimiento progresivo de millones de argentinos.
Las cifras oficiales hablan por sí solas. En nuestro país hay 39,2 % de pobreza que alcanza en su conjunto 11.500.000 personas, de las cuales la mayor parte son niños y niñas. La inflación ronda el orden del 100% depreciando el valor de la moneda y la mesa de los argentinos. La fuga de capitales – una constante desde 1976 – que se cuenta en miles de millones de dólares durante las administraciones Kirchneristas y Macristas, estuvo al mismo nivel que en la década de los ‘90.
El actual gobierno peronista que prometió “llenar la heladera de los argentinos”, decide festejar este día “evocando un pasado feliz” a falta de un presente que les brinde esperanzas a los trabajadores por un futuro mejor. Por su parte, la burocracia sindical guarda el más estricto silencio en relación a la pauperización de los salarios de las y los trabajadores.
Es urgente la necesidad de convocar a través del Gobierno Nacional el diálogo de todos los sectores en el Consejo Económico y Social, que si bien fue creado en el año 2021, luce por su ausencia. Por su parte, es necesario abandonar la interna en el propio seno del gobierno y avocarse con todas las fuerzas al compromiso por estabilizar el país y generar condiciones propicias de transición para el nuevo gobierno, independientemente del color partidario que resultare electo por la voluntad popular.
El gran desafío es político, no económico. La Argentina ha dado muestras de recuperación económica en distintas etapas de su historia. Ahora es necesario saldar la deuda de nuestra joven democracia, generando políticas de Estado que trasciendan una administración de gobierno y traigan prosperidad social a nuestro país. Ello solo es posible si se cuida y protege a la clase trabajadora con mejores salarios y mejores condiciones laborales.